miércoles, 23 de diciembre de 2009

Va de... sentir


Me he cansado de negarlo. Primero te odio, después te extraño, y al final me enfado sin motivos. Me indigna que no me prestes atención, y cuando lo haces el juego deja de tener gracia. Me paso el día buscándote con la mirada, y cuando te encuentro bajo la vista porque no soy capaz de mantenerla. No quiero que te acerques más de lo que ya lo haces, pero los celos me invaden cada vez que saludas a cualquiera de tus infinitas amistades. Te prometo que a veces creo ver que es mútuo; un segundo después parece que no recuerdes que existo. Evitamos estar solos por la incomodidad de la situación, y cuando nos rodean los demás me sobra hasta el aire. Me dices que te vas, y yo no quiero que lo hagas. Aún así asiento, me alegro por ti, y me angustia saber el tiempo que voy a estar lejos de ti. Me matan los comentarios de un pasado que yo creo inexistente, y evito empeorarte la situación. Volverá, y tú aún no lo sabes. Estará de nuevo a cada paso que yo dé, y me carcomerá la envidia cada vez que sin querer evitarlo rocéis vuestra piel al cruzaros por el pasillo. Cada mirada que crucéis, cada conversación que compartiréis, y cada hora que saboreéis juntos, se me clavarán como astillas en el corazón.

Y como siempre, yo haré como si nada pasara. Como si nada existiera; como si yo no sintiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario