domingo, 31 de enero de 2010

Entre el cielo y la tierra


No, esta vez no son tonterías mías. Es el título del libro que me estoy leyendo: Guía de la medicina china.

Y qué hago yo leyendo eso? Puedo explicarlo.

Hace unos 4 o 5 años, después de muchísimas pruebas, llegaron a la conclusión de que padecía una distonía focal en mi brazo izquierdo, resultado de una diminuta lesión cerebral producida durante un larguísimo parto. Empezaron a tratarme con medicamentos que se usan para enfermedades como el Alzhéimer, o para prevenir ataques epilépticos, ya que mi brazo se empeña en tener algo de vida propia. Al principio el efecto fue increíble, pero con el tiempo desapareció. Cansada de que no me diesen ninguna solución en la "medicina moderna", me decidí a ir a una homeópata. Soy bastante escéptica, y si no lo veo no lo creo, pero tuve que ceder, y dejar que ella hiciese lo que mejor le pareciera. Se puso manos a la obra con una sesión de acupuntura, y con cromoterapia. Salí de allí diciéndome a mí misma que era la mayor tontería que había hecho en mi vida. Eso fue el lunes pasado.

A día de hoy, y con sólo una sesión, mi brazo ha mejorado mucho. Estoy más tranquila y relajada, y no tengo motivos para creer que no se trata de la acupuntura.

Cuando estuve allí, mientras me pinchaba sin piedad con esas finísimas agujas, me recomendó el libro en cuestión, y como no tengo nada mejor que leer, lo fui a buscar a la biblioteca. La mitad de lo que dicen son tonterías enormes, pero la otra mitad tiene mucho sentido. He aprendido que soy yin y yang, del tipo metal, mezclado con tierra, agua y aire, y que no me defino ni por primavera ni por invierno. La humedad y la ira viven en mí, y sin la tristeza no sé quién soy. Vamos, las tonterías a las que me refería.

Aún así, empiezo a verlo todo de otro modo. Como mínimo debo mostrar respeto: en 24 años han conseguido lo que no ha hecho ningún médico tradicional.

domingo, 24 de enero de 2010

Va de... saber o no saber?


Podría ser esa la cuestión? Hace dos días a estas horas era más feliz; qué bonita es la ignorancia. Tanto tiempo intentando conocerle, y sin buscarlo me topo de frente con una realidad que no me gusta nada. Al final será buena mi falta de decisión, no quiero pensar lo que hubiese podido pasar si después de decidirme a actuar me entero de todo esto.

La primera reacción fue el enfado. Quizás no tengo derecho a enfadarme, pero es que en dos días todo ha cambiado tanto... No sé qué haré la próxima vez que le vea. De verdad que nunca he tenido una necesidad tan grande de pegarle a alguien, pero supongo que esa no sería una buena idea. Tendría que dar demasiadas explicaciones, y ni eso me asegura que me vayan a entender.

Sólo queda dejar pasar el tiempo. Otra vez tiempo, como si no estuviese ya cansada de él.

viernes, 22 de enero de 2010

Va de... palomitas

Se me ha revuelto el estómago. Le leo, y me angustio, sin ni siquiera saber qué historia terminó, ni cómo lo hizo, pero se palpa la tristeza en cada palabra. Me planteo empezar una historia propia, y hace algún tiempo que decidí con quién. Es buena persona, pero llegué a la conclusión de que eso no era suficiente. Pero es suficiente el no querer que esté con nadie más? Me mosquea verle hablar por teléfono sin saber con quién, y después no quiero ni mirarlo según el jersey que lleve puesto. Lo sé, soy peor que el perro del hortelano.
Nunca he sido infiel (o quizás nunca fui fiel en realidad, nunca lo he tenido del todo claro), pero es una posibilidad que está ahí antes de empezar nada. Debería plantearme si merezco algo en esta vida? Mejor no lo hago.
Por primera vez desde que alcanzo a recordar, me estoy refugiando en un libro, porque no quiero pensar. Si me dedico a mí misma me descontrolo, y termino sumiéndome en un estado de tristeza insoportable, e inexplicable. Al rato recuerdo que existen más personas, entre otras mi otro él, y no puedo evitar esbozar una sonrisa.
Estoy pensando en acudir a ayuda especializada; necesito una sesión de esas horribles para todos y encantadoras para mí películas románticas con final feliz.
Iré cogiendo pañuelos, y que no falte el tarro de palomitas.

martes, 19 de enero de 2010

Con el alma rota


Con el alma rota, y a pedazos,
con todo el dolor de mi ser.
Con mis mil excusas, y tus labios,
con mis promesas sin fe.
Relegado al olvido,
al dolor sangrante,
a lo que nunca fue vivido,
y volviste con más fuerza,
con tu sonrisa agonizante,
con lo que quedó prohibido.
Tapo de nuevo mi hemorragia,
te llevo al fondo de mi alma
cubriéndote con piedras
y con fuego a base de llagas.
Desapareces bajo la calma,
con tu incansable mirada,
dejando al descubierto mis carencias,
mis locuras, mis silencios,
mis palabras secretas.
Compasión te grito al vacío,
y ni siquiera fuiste mío.
Te odio, y no puedo;
te añoro, y yo muero.
Termina tu vida con la mía;
termina las horas compartidas.

jueves, 14 de enero de 2010

Te acuerdas?

Te acuerdas? Mantuvimos aquella conversación en un McDonald's. Tomábamos un helado, ya hacía buen tiempo. Dentro de poco se cumplirán cinco años. Recuerdo que no lo entendías, y yo te lo intentaba explicar con lágrimas en los ojos. Siempre quise más a tu hermano, pero él no estaba en mi vida, ni lo estaría nunca. Sin embargo, había encontrado a alguien que me hacía feliz. Fue como un tapón para la hemorragia que me había causado tu hermano.
Durante todos estos años, ese tapón ha estado en su sitio. Cuando me deprimía, acudía siempre a él. Después de cada desengaño amoroso, mi mente volvía por un tiempo a vivir en lo que yo misma creé para nosotros dos. Él taponaba mi herida, porque no duele recordarle. Simplemente me crea nostalgia, unos días de falsas ilusiones referidas a reencuentros que nunca tendrán lugar, y después vuelvo a la vida real; a mi vida.
Antes de Navidad tomé una importante decisión. Sin saber si ese al que etiquetas de tan buena persona se siente mínimamente atraído por mí, decidí que me gustaría intentarlo. Decidí que me gustaba, y que no me quedaría con el "qué hubiese pasado si..." Pero esta vez el tapón no ha aguantado, y ha terminado por caer. Siento como lentamente me voy desangrando, como vuelve a salir todo lo que con tanto empeño enterré.
Te pido que me facilites las cosas: si no quieres ayudarme a olvidar, al menos no me hagas recordar. No quiero saber que vive con ella, que se casó con ella, y que formará una familia con ella. No quiero saber que una vez nos llevamos bien, y que llegué a creer que podría ser cierto. Solía bromear, siempre dije que terminaríamos siendo amantes, pero te acuerdas de cuándo fue la última vez que lo dije? Ya no me queda entereza para ello.
Me hundo en mi miseria como hacía años que no pasaba, y no sé cómo reaccionar. Estoy apresada en mi pasado, mientras todo a mi alrededor avanza. Soy consciente de que necesito un cambio, pero no sé si estoy preparada, o si sabría como actuar.